La Ilustración fue un movimiento cultural europeo que se desarrolló –especialmente en Francia e Inglaterra– desde principios del siglo XVIII hasta el inicio de la Revolución francesa(1789). Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.
"La Ilustración es un momento marcado por la idea de progreso, por la optimista creencia en que la historia humana ha emprendido ya una linea de desarrollo continuo, que confluirá en mayores cotas de conocimientos, libertad y felicidad."
Diccionario de Sociologia de Giner, Lamo y Torres.
La expresión estética de este movimiento intelectual se denominará Neoclasicismo.
"La Ilustración es un momento marcado por la idea de progreso, por la optimista creencia en que la historia humana ha emprendido ya una linea de desarrollo continuo, que confluirá en mayores cotas de conocimientos, libertad y felicidad."
Diccionario de Sociologia de Giner, Lamo y Torres.
La expresión estética de este movimiento intelectual se denominará Neoclasicismo.
El Neoclasicismo representa la segunda oleada recuperadora de la antigüedad greco-latina. Constituye una reacción clasicista frente al periodo Barroco favorecida por la Ilustración y es un intento de someter la creación artística a reglas racionales y de elaborar modelos de validez universal.
Se rechazaron los efectos ilusionistas y a los excesos imaginativos de la tradición barroca y rococó, a la que censuraron por ser un arte irracional y moralmente reprobable y por estar al servicio del poder absoluto y no al de la mejora de la sociedad en su conjunto. Así el arte Neoclásico (relacionado con la democracia de la Antigua Grecia y con la república romana) se dedicó a cumplir una especie de rol histórico, en el que gran parte de la producción artística está vinculada a un acto político, sin embargo, con la llegada de Napoleón al poder éste estilo se modificó para servir a sus necesidades propagandísticas.
En la escultura lo mismo que en arquitectura, los modelos "anti-barrocos" los va a suministrar la antigüedad clásica, más Grecia que Roma. (Aunque hay que tener en cuenta que la idea que se tiene en el siglo XVIII de los modelos griegos se basa en la ignorancia de que dichos modelos son, en la mayoría de los casos, copias romanas). Desde el punto de vista de los temas, decae lo religioso, cediendo el paso a la mitológica. Más que religiosidad, lo que se procura es una moral pública, de ahí que las figuras aparezcan recatadas, edificantes. Nos transmiten un bello ideal, una clara propensión a lo sublime. Se acude con frecuencia al desnudo, pero evitando el erotismo. También abunda el retrato, como consecuencia del afán de exaltar el espíritu de ciudadanía; los personajes dan ejemplo con su virtud.
Cabe señalar que la acción de las Academias de Bellas Artes contribuye a la aceptación internacional de los principios neoclásicos. Estas Academias constituyen, sin duda, la institución artística más característica de la Ilustración, adquiriendo gran auge durante la segunda mitad del XVIII Estas Academias contribuyeron a que la pintura, la escultura y la arquitectura dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en artes liberales, y que el artista abandonase el estamento artesanal para transformarse en un profesional independiente, proceso que ya vimos iniciarse en el Renacimiento.
Se rechazaron los efectos ilusionistas y a los excesos imaginativos de la tradición barroca y rococó, a la que censuraron por ser un arte irracional y moralmente reprobable y por estar al servicio del poder absoluto y no al de la mejora de la sociedad en su conjunto. Así el arte Neoclásico (relacionado con la democracia de la Antigua Grecia y con la república romana) se dedicó a cumplir una especie de rol histórico, en el que gran parte de la producción artística está vinculada a un acto político, sin embargo, con la llegada de Napoleón al poder éste estilo se modificó para servir a sus necesidades propagandísticas.
En la escultura lo mismo que en arquitectura, los modelos "anti-barrocos" los va a suministrar la antigüedad clásica, más Grecia que Roma. (Aunque hay que tener en cuenta que la idea que se tiene en el siglo XVIII de los modelos griegos se basa en la ignorancia de que dichos modelos son, en la mayoría de los casos, copias romanas). Desde el punto de vista de los temas, decae lo religioso, cediendo el paso a la mitológica. Más que religiosidad, lo que se procura es una moral pública, de ahí que las figuras aparezcan recatadas, edificantes. Nos transmiten un bello ideal, una clara propensión a lo sublime. Se acude con frecuencia al desnudo, pero evitando el erotismo. También abunda el retrato, como consecuencia del afán de exaltar el espíritu de ciudadanía; los personajes dan ejemplo con su virtud.
Cabe señalar que la acción de las Academias de Bellas Artes contribuye a la aceptación internacional de los principios neoclásicos. Estas Academias constituyen, sin duda, la institución artística más característica de la Ilustración, adquiriendo gran auge durante la segunda mitad del XVIII Estas Academias contribuyeron a que la pintura, la escultura y la arquitectura dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en artes liberales, y que el artista abandonase el estamento artesanal para transformarse en un profesional independiente, proceso que ya vimos iniciarse en el Renacimiento.
En la pintura destacan Jacques Louis Davis y Jean Dominique Ingres.
En la escultura Antonio Cánova y Bertel Thorvaldsen.
En la música ... Como los antiguos griegos y romanos tenían maneras de conservar la música, el neoclasicismo de los siglos XVIII y XIX como resurgimiento de las artes clásicas grecorromanas (arquitectura, escultura, pintura) no alcanzó a la música. De todos modos los músicos de fines del siglo XVIII, influenciados sin duda por el arte y la ideología de la época, trataron de generar un estilo de música inspirado en los cánones estéticos grecorromanos.
Neoclasicismo músical se le denomina, sin embargo, a una corriente de la música contemporánea del siglo XX que se manifestó especialmente en el periodo de entreguerras, en las décadas 1920 y 1930.
En la literatura cabe mencionar a los tres grandes ilustrados Voltaire, Montesquieu y Rousseau.