jueves, 8 de abril de 2010

Jean-Paul Sartre


"No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro"



Jean-Paul Sartre (1905-1980), fue un filósofo y dramaturgo francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones.


Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a la acción siendo responsable plenamente de la misma.
Así la existencia humana es vista como existencia consciente. El ser del hombre se distingue del ser de la cosa por ser consciente. La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es conciencia del mundo y conciencia de sí. Se observa aquí la influencia que ejerce sobre Sartre el racionalismo cartesiano. En este punto se diferencia de Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia.
Sartre se forma en la fenomenología de Husserl y en la filosofía de Heidegger. En plena guerra mundial, cuando forma parte del ejército Francés como meteorólogo, Sartre es hecho prisionero, y en el largo periodo de ser cautivo del nazismo reformula muchas de sus ideas, elabora otras, escribe constantemente, incluso representando obras de teatro en pleno campo de prisioneros, aunque si en Heidegger el Da-sein es un «ser-ahí», arrojado, «yecto» en el mundo, «para Sartre, el humano, en cuanto «ser-para-sí», es un «proyecto», un ser que debe hacer-se».

El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo.

«Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos», que son ineludibles: no actuar es un acto en sí mismo, puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de lado: ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como proyecto.


El dato rosa: fue pareja de la también filósofa Simone de Beauvoir.

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