Los testimonios más antiguos sobre este ecológico medio de transporte se remontan hasta las antiguas civilizaciones de Egipto, China e India. En el Antiguo Egipto había máquinas rudimentarias compuestas por dos ruedas unidas por una barra. También en China se encontró una máquina muy similar, pero con las ruedas de bambú. En la cultura azteca, se han encontrado vestigios de lo que podría ser algo parecido a un vehículo con dos ruedas y que se impulsaba con un velamen. En la colección Codex Atlanticus, de Leonardo da Vinci puede verse el boceto de una bicicleta, que data del año 1490 aproximadamente con transmisión de cadena impulsada por unos pedales, el mismo método empleado por las actuales.El ciclismo se popularizó en el 1800 y al igual que los caballeros, las damas se aventuraron a participar en este deporte sobre las dos ruedas y para ello tuvieron que abandonar los vestidos largos y pesados, optando por prendas
como el pantalón.
Eran épocas de cambio, donde la emancipación femenina arremetía en búsqueda de la libertad.
Una mujer con pantalones que montara en bicicleta era el vivo ejemplo de “la emancipada” ¡y si más encima fumaba! (nada que decir, Dios la tenga en su santo reino)La primera carrera femenina fue corrida en el hipódromo de Bordeaux. El 17 de agosto 1896 en Oostend (Belgica) el campeonato fue hecho en un circuito de 2km, en esta ocasión se impuso la belga Hèléne Duitreux.
Pero más tarde, (adivinen) la Unión de Ciclismo Italiana prohibirá a todos los clubs programar e incluir en el calendario carreras para damas. Luego también la federación alemana prohibirá la participación de mujeres en estas carreras. Francia sigue en cambio organizando carreras para las señoritas. En Inglaterra también siguen las competencias, pero el Cyclist Touring Club de London reclamaba y exigían que "las señoras pueden usar pantalones si lo desean pero debajo de las faldas que deben ser largas hasta los tobillos" Plop! Y por supuesto no faltaron los “argumentos científicos” que tildaron a nuestra querida bicicleta de “vehículo peligroso”, argumentando que pervertía y degeneraba a las señoritas, provocando una sobreexcitación lúbrica y una especie de masturbación deportiva. Además de que el asiento podía provocar daños a los genitales femeninos, (abortos, esterilidad) etc. etc. etc. Incluso se recomendaba no usarla después de haber tenido una relación sexual y esto se extendía para los caballeros. Llegando a finales del siglo XIX, el ciclismo femenino en general a nivel internacional fue considerado como deporte violento, Helene Duitreux en 1898 será obligada a retirarse de la escena ciclística competitiva.Pero a todo hay que sacarle partido y que mejor que la publicidad mediante el erotismo de la mujer. Así nuestro símbolo ciclístico de la mujer emancipada se fue deslizando (sin darse cuenta quizás) hacia eso que los publicistas de autos y bicicletas necesitaban, una “mascota” que los anunciara y la mujer era la imagen perfecta para sugerir el deseo a través del placer. El mejor ejemplo es la protagonista del anuncio de Cycles Perfecta de Mucha (1897) su cabello pelirrojo de rizos envolventes, el escote descubierto, labios apretados y ojos que te miran directamente como diciendo “llévame”.
¿Quién se resistiría la cycles perfecta?
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