sábado, 29 de mayo de 2010

TRACEY EMIN




"My bed" Tracey Emin


Tracey Emin (Inglaterra en 1963) es una artista británica reconocida dentro del grupo de los Young British Artists. Es tal vez, la segunda en notoriedad tras el mediático Damien Hirst.
My Bed es su obra más conocida, desde que formó parte de la terna final del premio Turner en 1998. La instalación consistía en su propia cama con sus sábanas sucias, rodeada de tampones y preservativos usados, ropa interior, cajetillas de cigarros, una botella vacía de vodka y otros objetos que habian sido testigos de varias noches de borrachera de la artista. Aunque no ganó, dicha obra concitó enorme atención y abundantes crónicas en la prensa internacional.

"Larga vida a lo inmaterial"


Liberación de 1001 globos azules, Yves Klein.
Escultura Aerostática


viernes, 28 de mayo de 2010

Yves Klein
















martes, 25 de mayo de 2010

Mitología Griega


Pan (del griego, Πάν, ‘todo’) en la mitología griega era el semidios de los pastores y rebaños, con cuernos y extremidades inferiores de cabra. Era especialmente venerado en Arcadia, a pesar de no contar con grandes santuarios en su honor en dicha región. En la Mitología romana se identifica a este dios con Fauno.
Respectoa  su genealogía, la más difundida (de las muchas existentes) es la que narra que cuando Hermes pastoreaba los rebaños de Driops, tuvo una relación amorosa con una de las hijas de ésta, de la que nació el dios Pan, éste con sus miembros inferiores en forma de macho cabrío y el resto del cuerpo con apariencia de hombre, dos cuernos en la cabeza y barbilla prominente, provocó gritos de horror en su madre  al ver la criatura que acababa de dar a luz.
Se dice que, apenas nacido, Pan escapó a las montañas, donde Hermes tuvo que ir a buscarlo para llevarlo al Monte Olimpo envuelto en una piel de liebre. Una vez allí, fue la diversión de todos los dioses, que cubrieron de risas burlonas los primeros momentos de su existencia.  

Pan, dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina desenfrenada. Se dedicaba a perseguir y espiar a las ninfas por los bosques ¡en busca de sus favores! A pesar de su aspecto semi animal Pan fue un exitoso seductor de ninfas, dotado de uan gran potencia sexual, entre sus víctimas (si cabe llamarlas así) enconrtamos a Eco (la futura enamorada de Narciso), Eufema y Selene,  se jacataba además de haber copulado con todas y cada una de las Ménades, las ebrias asistentes de Dionisio. Sin embargo, sufrío también fracaso amorosos, entre las que cuentan las ninfas Pitis y Siringa. Para huir de su acoso la primera se transformó en pino y  la segunda en cañaveral.

Se dice que Pan, era especialmente irascible si se le molestaba durante sus siestas. Los habitantes de Arcadia tenían la creencia de que, cuando una persona dormía la siesta, no se la podía despertar bajo ningún pretexto, pues esto interrumpía el sueño del dios Pan. ¡Oh Gran Pan es que ya nadie te respeta!

Dios de las brisas del amanecer y del atardecer Pan representaba a toda la naturaleza salvaje, se le atribuía la generación del miedo enloquecedor. Se relaciona estrechamente con la palabra pánico (Panikós) de la cual conozco dos versiones:
1) Proviene del temor masivo que sufrían manadas y rebaños ante el tronar y la caída de los rayos.

2) Proviene de la situación de miedo que le agradaba crear al semidiós griego Pan, quien solía aparecerse en las encrucijadas de caminos a los viajeros.

Por último, este semidios, era cazador curandero y músico, portaba en la mano el cayado o bastón de pastor y tocaba la Siringa, a la que también se conoce como Flauta de Pan y que fabricó con una caña de cañaveral.

lunes, 24 de mayo de 2010

Edad Media (siglo V - XV)

La Fiesta de la Locura o Fiesta de los Locos.

Fue una celebración medieval de carácter no religioso en la que los roles sociales tradicionales se invertían. 

"El pobre hacía el papel del rico, el débil el del poderoso. Los sexos se intercambiaban, las prohibiciones sexuales desaparecían. El pueblo llano, con ocasión de fiesta, tenía el derecho de decir lo que queria al obispo o al alcalde. En general, eran insultos... En una palabra, en esta fiesta , todas las instituciones sociales, linguísticas, familiares eran derrocadas  y puestas en cuestión."


Michel Foucault; "Entre filosofía y literatura", Obras escenciales Vol. I
Capitulo "La locura y la sociedad"

"¡Ah Fiesta de los Locos con su carro del Triunfo de Baco, tirado por un centauro macho y un centauro hembra, desnudos como el propio dios, acompañado del gran Pan; carnaval obsceno que tomaba posesión de las naves ojivales! Ninfas y náyades saliendo del baño; divinidades del Olimpo, sin nubes y sin enaguas: Juno, Diana, Venus y Latona, dándose cita en la catedral para oír misa! ¡Y qué misa! Compuesta por el iniciado Pierre de Corbeil, arzobispo de Sens, según un ritual pagano, y en que las ovejas de 1220 lanzaban el grito de gozo de las bacanales: ¡Evohé! ¡Evohé!, y los hombres del coro respondían, delirantes:


Haec est clara dies clararum clara dierum!
Haec est festa dies festarum festa dierum

¡Este día es célebre entre los días célebres!
¡Este día es de fiesta entre los días de fiesta!"

- Fulcanelli  "El misterio de las catedrales"

"La fiesta expresa el renacer de la tradición pagana y libera el poder de la palabra contra la prohibición de la censura social. Así, la fiesta se convierte en locura en el sentido más metafórico del término: el «Loco» de la Edad Media es un hombre que se enmascara y que toma la autoridad de su sinrazón para librarse a un discurso inaccesible a toda posibilidad de represión y donde no impera En ningún momento la constricción de la regla. Lejos de ser un ser marginal, se integra en un sistema que tolera e implica la locura del lenguaje y el sentido. Es más, en plena Edad Media las cofradías de locos llegaron a convertirse en un agente necesario para mantener el equilibrio dentro del seno social."

Ramón García Pradas.







domingo, 23 de mayo de 2010

El fin de la disnea


Aparte de sus famas centrales y discutibles (fútbol, parrillada, llamadas del Barrio Palermo), Montevideo incluye otra anexa celebridad, ésta sí indiscutible: posee el récord latinoamericano de asmáticos. Por supuesto, ya no cabe decir posee sino poseía. Justamente, es ese tránsito del presente al pretérito imperfecto lo que aquí me propongo relatar.

Yo mismo soy, pese a mis treinta y nueve años, aún no cumplidos, un veterano de la disnea. Dificultad de respirar, dice el diccionario. Pero el diccionario no puede explicar los matices. La primera vez que uno experimenta esa dificultad, cree por supuesto que llegó la hora final. Después uno se acostumbra, sabe que tras esa falsa agonía sobrevendrá la bocanada salvadora, y entonces deja de ponerse nervioso, de arañar empavorecidamente las sábanas, de abrir los ojos con desesperación. Pero la primera vez basta advertir, con el correspondiente pánico, que el ritmo de espiraciones e inspiraciones se va haciendo cada vez más dificultoso y entrecortado, para de inmediato calcular que llegará un instante en que los bronquios clausuren su última rendija y sobrevenga la mortal, definitiva asfixia. No es agradable. Tampoco es cómodo para los familiares o amigos que presencian el ahogo; su desconcierto o su impotencia se traducen a veces en auxilios contraproducentes. Lo mejor que se puede (o se podía) hacer, frente a un asmático en pleno ataque, es dejarlo solo. Cada uno sabe dónde le aprieta el pecho. Sabe también a qué debe recurrir para aliviarse: la pastilla, el inhalador, la inyección, la cortisona, el cigarrillo con olor a pasto podrido, a veces un simple echar los hombros hacia atrás, o apoyarse sobre el lado derecho. Depende de los casos.

La verdad es que el asma es la única enfermedad que requiere un estilo, y hasta podría decirse una vocación. Un hipertenso debe privarse de los mismos líquidos que otro hipertenso; un hepático debe seguir el mismo tedioso régimen que otro hepático; un diabético ha de adoptar la misma insulina que otro diabético. O sea (si queremos elevar el caló alopático a un nivel de metáfora): todos los islotes de Langerhans pertenecen al mismo archipiélago. Por el contrario, un asmático no perderá jamás su individualidad, porque la disnea (lo decía mi pobre médico de mutualista, para disimular decorosamente su ignorancia profesional sobre el escabroso tópico) no es una enfermedad sino un síntoma. Y aunque para llegar a la disnea haya que pasar previamente por la aduana del estornudo, lo cierto es que hay quien empieza el jadeo a partir de un sándwich de mariscos, pero hay otros que llegan a él mediante el polvillo que levanta un plumero, o al mancharse los dedos con papel carbónico, o al registrar en las fosas nasales la vecindad de un perfume, o al exponerse excesivamente a los rayos del sol, o tal vez al humo del cigarrillo. Para el asma, todo eso que Kant llamaba Ding an sich puede ser factor determinante. De ahí el sesgo casi creador de la disnea.

No es cuestión de caer ahora en un chauvinismo bronquial, pero los asmáticos solemos (o solíamos) hacer una pregunta que siempre sirvió para desconcertar a los críticos literarios no asmáticos: ¿habría concebido Marcel Proust su incomparable Recherche de no haberlo obligado el asma a respirar angustiosamente sus recuerdos? ¿Podría alguien asegurar que el célebre bollo de magdalena o los estéticos campanarios de Martinville no fueran el origen de lo que hoy llamaríamos su primera y bienaventurada disnea alérgica? No hay que confundir la disnea con la anhelación o el jadeo, proclama hoy la ciencia. No obstante, es probable que en época de Proust todavía se confundieran, y la disnea fuera casi anhelación, digamos un anhelo en desuso, o mejor aún cierta incómoda presión en la conciencia.

Los lectores que siempre han respirado a todo pulmón y a todo bronquio, no pueden ni por asomo imaginar el resguardo tribal que proporciona la condición de asmático. Y la proporciona (o la proporcionaba) justamente por ese rescate de lo individual que, a diferencia de lo que sucede con otros achaques, siempre aparece preservado en la zona del asma. ¿Qué podrán preguntarse, por ejemplo, dos crónicos de la próstata? No es conveniente, por razones obvias, entrar aquí en detalles, pero la verdad es que lo que rige para uno, rige para todos. Tal monotonía es asimismo válida para quienes se encuentran en la sala de espera de un cardiólogo, entre el segundo y el tercer infarto, o para quienes, homeopatía mediante, coleccionan en etiquetadas cajitas sus cálculos muriformes, o sea urinarios de oxalata cálcico. Desde los lejanos tiempos de los cuatro humores de Hipócrates, un gotoso siempre ha sido igual a otro gotoso. Pero un asmático, con respecto a otro asmático, no es igual (he aquí el matiz diferencial y decisivo) sino afín.

Por eso, hasta hace dos años (o sea hasta la aparición del CUR-HINAL) Montevideo era para nosotros los asmáticos una ciudad riesgosa, pero también una ciudad envidiable. Masonería del fuelle, nos llamó un resentido, reconozcamos que con cierta razón. Los asmáticos nos distinguimos y nos atraemos desde lejos. Un leve hundimiento del pecho, o un par de ojos demasiado brillantes, o una nariz que aletea casi imperceptiblemente, o unos labios resecos y entreabiertos; siempre hay algún dato físico que sirve de contraseña. Eso, sin contar con los detalles marginales: el bulto particular que forma en el bolsillo del saco el aparato inhalador, o el concienzudo interrogatorio al mozo del restorán sobre posibles riesgos de mayonesa, o la rápida huida ante una polvareda, o la discreta operación de abrir una ventana para que se despeje el humo de cigarrillos. Cuando un asmático reconoce alguno de esos rasgos fraternales, se acerca rápidamente al cofrade y entabla con él uno de esos diálogos que constituyen la sal de la vida disneica.

«¿Qué tal? Asma ¿verdad?» «Sólo nasal.» (Hay un poco de vergüenza en este reconocimiento, porque el asmático exclusivamente nasal está considerado como un neófito, como un aprendiz. Entre un asmático bronquial y otro nasal, existe la misma diferencia que entre un profesional y un simple idóneo.) Pero el cofrade puede ser también un bronquial, y entonces sí la camaradería se establece sin trabas: «Esta época es terrible.» «Como todos los otoños.» «¿Usted puede creer que para mí es peor la primavera?» «Mire, yo hace tres noches que no pego los ojos.» «¿Usa inyecciones o inhalador?» «Inhalador. Tengo miedo de habituarme a las inyecciones.» «A mí me pasa igual. Claro que desde que fabrican el líquido aquí en el país, ya no destapa como antes.» «¿Verdad que no? Se precisa por lo menos el triple de bombazos.» «¿Usted con cuántos bombazos se destapa?» «En los accesos leves, seis o siete; en los más fuertes, quince o veinte.» «A mí me recomendó el médico que nunca pase de diez.» «Sí, claro, pero siempre que use líquido importado.» «Bueno, yo siempre encuentro alguno que me trae dos o tres frasquitos de París.» Y así sucesivamente. El diálogo puede durar diez minutos o tres horas. Como cada asmático es un mundo aparte, un paciente aislado y personal, también su historial tiene originalidad e invariablemente atrae el interés del compañero.

Durante varios años sufrí una suerte de discriminación. A partir de una fiebre tifoidea (según consta en los archivos del Servicio de Certificaciones Médicas, durante la epidemia de 1943/44 fui el primer caso comprobado en las filas de la Administración Pública, excluidos los Entes Autónomos), comencé a padecer primero asma nasal, luego disnea. Sin embargo, el médico de la familia se obstinó en diagnosticar: fenómenos asmatiformes. Bajo esa denominación, yo me sentía absolutamente disminuido, algo así como un esnob del asma. Si se me ocurría abrir una ventana para que se disipase el humo de esos cigarrillos que no fumaba, y alguien se me acercaba solícito a preguntarme: «¿Es usted bronquial?», yo me sentía muy desalentado cuando me veía obligado a responder con inflexible franqueza: «No, no. Son sólo fenómenos asmatiformes.» De inmediato advertía que se me hacía objeto de discriminación: nadie me preguntaba por pastillas, inhalaciones, nebulizaciones, jeringas, adrenalina, hierbas curativas, u otros rasgos de veteranía. Fue un largo calvario, de médico en médico. Hasta me cambié de mutualista. Siempre la misma respuesta: «No se preocupe, amigo. Usted no es asmático. Apenas son fenómenos asmatiformes.» Apenas. Esa palabrita me molestaba más que todos los accesos.

Hasta que un día llegó a Montevideo un doctor suizo especialista en asma y alergia, e instaló un estupendo consultorio en la calle Canelones. Hablaba tan mal el español que no halló (así lo creo) la palabra asmatiforme, y me dijo que, efectivamente, yo padecía asma. Casi lo abrazo. La noticia fue la mejor compensación a los cien pesos que me salió la consulta.

De inmediato se corrió la voz. Confieso que contribuí modestamente a la difusión. Ahí comenzó mi mejor época de asmático. Sólo entonces ingresé en eso que mi resentido amigo llamaba la masonería del fuelle. Los mismos veteranos disneicos que antes me habían mirado con patente menosprecio, se acercaban ahora sonriendo, me abrazaban (discretamente, claro, para no obstruirnos mutuamente los bronquios), me hacían preguntas ya del todo profesionales, y comparaban sin tapujos sus estertores sibilantes con los míos. Entre los asmáticos propiamente dichos, nunca hubo discriminación religiosa, o política, o racial. Yo, que cursé Primaria y Secundaria en la Sagrada Familia, y que actualmente soy democristiano, he tenido formidables conversaciones especializadas, ya no diré con integrantes del Partido Nacional, con quienes tengo una afinidad extradisneica, sino con colorados agnósticos, con socialistas y hasta con comunistas.

A este respecto, tengo bien presente una noche en que nos encontramos (en una Embajada de atrás de la Cortina) un protestante, un batllista ateo, un marxista-leninista de la línea pekinesa, y yo. Los cuatro asmáticos. Jamás aprendí tanto sobre expectoraciones como en esa noche de vodka y cubalibre. El metodista hablaba de paroxismos previos a la expectoración; el agnóstico era un erudito en expectoración espumosa; el marxista dejó constancia de que sus accesos eran infebriles (vaya novedad) y de escasa expectoración. Entonces yo dejé caer mi frase morosamente acuñada: «No hay que confundir la disnea con la anhelación o el jadeo.» Los tres me miraron con repentino interés, y a partir de ese momento noté un nuevo matiz de respeto, y hasta diría de admiración, en el trato que me dispensaron.

La nómina sería larga, pero puedo asegurar que he hablado sobre asma con judíos, con negros, con diarieros, con changadores, con todo el mundo, bah. Confieso, eso sí, que mi único brote discriminativo aparecía cuando alguien me confesaba, con lágrimas en los ojos, que no padecía de asma sino de fenómenos asmatiformes. Si hay algo que no puedo soportar, es el esnobismo.

Claro, la época gloriosa no duró eternamente. Es decir, duró hasta la aparición del CUR-HINAL. Lo peor, lo más incómodo, yo diría lo fatal, fue que no se tratase de una droga descubierta en Finlandia, o en Argelia, o en el golfo Pérsico, o sea algo que uno pudiera ignorar olímpicamente o por lo menos no introducir al país invocando la escasez de divisas o cualquier otro pretexto sensato. No, lo peor es que se trata de un invento nacional. Alguien, un oscuro médico del interior, vino un día a Montevideo, convocó a una conferencia de prensa, y anunció que había descubierto una droga que curaba definitivamente el asma: CUR-HINAL. Sonrieron los periodistas, como sonreiríamos usted, lector, y yo mismo, si un vecino nuestro anunciara de pronto que él es el vencedor del cáncer. Sin embargo, el oscuro médico extrajo del portafolio un aparato inhalador y dirigiéndose a dos periodistas asmáticos, los invitó a que probaran el CUR-HINAL. Uno rechazó orgullosamente la oferta, pero el otro estaba en pleno acceso y se propinó dos tímidos bombazos. La disnea cesó como por encanto. Pero a veces también cesaba con los inhaladores tradicionales. El agregado asombroso consistió en que aquel jadeante cronista nunca más volvió a padecer asma. A lo largo de ocho o diez meses, los médicos hicieron sesudas declaraciones previniendo a la población sobre peligrosos contratiempos provocados por la droga; las autoridades pidieron prudencia, y hasta prohibieron la venta en farmacias. No obstante, el oscuro colega los venció (como dirían los marxistas no asmáticos) con la praxis. A los diez meses de aquella espectacular y demagógica conferencia de prensa, los comunicados médicos oficiales seguían apareciendo en los diarios, pero a esa altura, ya todos los asmáticos se habían curado. Un buen día, el Superior Gobierno, que siempre ha sido comprensivo con los vencedores, resolvió iniciar un sumario administrativo a todos los impugnadores del CUR-HINAL. El oscuro médico del interior fue nombrado Ministro de Salud Pública y propuesto continentalmente para el Nobel de Medicina.

Confieso que este último giro me deja totalmente indiferente. Quédese el doctorcito (que nunca fue personalmente asmático, ni siquiera asmatiforme) con su ingenua panacea. Lo que yo quiero mencionar aquí no es por cierto el encumbramiento del facultativo, sino la defección de mis cofrades. Al principio se formó, con la mejor intención, una Comisión Nacional del Asmático, que trató de poner orden en el imprevisto caos. Hay que admitir que cada asmático tuvo que luchar con su propia alternativa: darse cuatro bombazos de CUR-HINAL y aliviarse para siempre de estertores sibilantes y no sibilantes, de expectoraciones espumosas o sobrias, de toses secas o resecas, de paroxismos y jadeos; o seguir como hasta entonces, es decir, sufriendo todo eso pero sabiéndose partícipe de una congregación internacionalmente válida, sabiéndose integrante de una coherente minoría cuyo poder se afirmaba noche a noche. Personalmente, me pronuncié por la opción tradicionalista, por el asma clásico. Debo reconocer, sin embargo, que la unidad fue rápidamente corroída por la flaqueza corporal del ser humano. En la propia Comisión Nacional del Asmático, hicieron ominosa irrupción los bombazos sacrílegos del CUR-HINAL. Cierta prensa, generalmente bien informada, ha sugerido la posible infiltración de izquierdistas no asmáticos. Yo me resisto a creerlo: La cobardía corporal, he aquí la causa de esta disgregación suicida.

Poco a poco empecé a notar que todos mis antiguos amigos asmáticos pasaban a respirar con normalidad. Sus hombros agobiados volvían a su sitio primitivo. Su tórax se enderezaba. Sus estornudos pasaban a ser pobres, disminuidos y esporádicos. Su dieta volvía a incluir mayonesas. Empecé a sentirme solo, arrinconado, colérico, retraído. Un eremita en plena muchedumbre. Aquel mismo resentido que una vez me había hablado de una Masonería del Fuelle, me dijo ahora que yo era un rebelde sin causa. Y otra vez comprendí que tenía razón. Porque yo venía preservando mi disnea de toda corrupción, nada más que para sentirme miembro de un clan selecto, de una minoría escogida. Pero si mis compañeros de clan defeccionaban, si uno a uno iban vendiendo su dignidad de asmáticos por el mezquino precio de una salud masificada, entonces, ¿dónde quedaba mi extraño privilegio?, ¿a quién podría allegar mi bien razonada complicidad? Por otra parte, la conciencia culpable de los ex asmáticos, a esa noción secreta de su lamentable deserción, los llevaba (otra vez) a discriminarme, a mirarme con resentimiento, a guardar silencio cuando yo me acercaba.

Finalmente me vencieron. El día en que tuve conciencia de que yo era el único asmático del país, concurrí personalmente a la farmacia, pedí un frasquito de CUR-HINAL (ahora viene mejor envasado e incluye un aparatito inhalador) y me fui a casa. Antes de darme los cuatro bombazos de rigor, tuve plena conciencia de que ésa era mi última disnea. Juro que no pude contenerme y solté el llanto.

Hoy respiro sin dificultad y reconozco que ello significa algún progreso. Un progreso meramente somático. Claro que nunca volverán para mí los buenos tiempos. Yo, que fui entre pocos, debo ahora resignarme a ser uno entre muchos. Alguien propuso reunir a los ex asmáticos en una suerte de asociación gremial, concebida a escala panamericana. Fue un fracaso. Nunca hubo quórum y al final se disolvió con más pena que gloria. A veces me cruzo en la calle con algún ágil ex asmático (yo mismo subo los repechos sin problema) y nos miramos con melancolía. Pero ahora ya es tarde. Se trata de un proceso irreversible: para la plenitud no hay efecto retroactivo. Probamos a intercambiar frases como éstas: «¿Te acordás de cuando te hacías las nebulizaciones?», «¿Cómo se llamaban aquellos cigarrillos contra el asma que largaban un olor a pasto podrido?», «¿Preferías el líquido nacional o el importado?», «¡Qué tremendo cuando llegaba el otoño!, ¿verdad?» Pero no es lo mismo. No es lo mismo.


Mario Benedetti

sábado, 22 de mayo de 2010

"Quién se aflige antes de tiempo, se aflige más de lo necesario"

Lucio Anneo Séneca
Filósofo Romano
"Las puertas del infierno" Auguste Rodin

Fueron encargadas a Rodin en 1880 en nombre del estado, para el futuro Museo de Artes Decorativas de París, pero el proyecto quedó cancelado, y Las puertas nunca fueron terminadas, permanecieron en el taller del escultor que le fue haciendo añadidos hasta su muerte en 1917.

La disposición actual de las figuras refleja la última idea compositiva del escultor, según una serie de números esritos sobre los moldes de escayola que se corresponden con los número de la puertas.
El primer brocne se realizó en 1921, tres años después de la muerte de Rodin.  

La iconografía de "Las puertas de infierno" está basada en "La Divina Comedia" de Dante.


Las tres sombras
Se encuentran en la parte superior de "Las puertas del infierno" Se trata de tres figuras que en realidad son la misma pero expuestas en diferentes ángulos.




"El no es un soñador es un creador"

El Pensador
Titulada originalmente como "El Poeta"  y luego "Dante pensando".


El beso
Apareció originalmente entre un grupo de relieves de la monumental obra Las Puertas del Infierno.





Auguste Rodin (1840 - 1917) fue un escultor francés contemporáneo a la corriente Impresionista. Enmarcado en el academicismo más absoluto de la escuela escultórica neoclásica, es el escultor encargado no sólo de poner fin a más de dos siglos en busca de la mimesis en las artes tridimensionales, sino de dar además un nuevo rumbo a la ya obsoleta concepción del monumento y la escultura pública. Por esto ha sido denominado en la historia del arte como «el primer escultor moderno».

Educado en la Escuela de Artes Decorativas de París, un ámbito no sólo ajeno al de las bellas artes, sino además menospreciado por éstas, Rodin dedicó gran parte de su juventud a acumular conocimientos sobre anatomía que en más de una oportunidad le valieron la envidia y el descontento de los escultores reconocidos como tales por la Academia de Bellas Artes de París. Célebre fue el escándalo en torno a su escultura La edad de bronce (1875), de la cual se dijo que, debido a su perfección, los moldes habían sido sacados directamente del cuerpo del modelo y no de una arcilla hecha por el artista, como se debe hacer en el método del vaciado en Bronce: tal acusación era deshonrosa para cualquier escultor y Rodin, contando con la ayuda de amistades influyentes como el pintor y escultor impresionista Edgar Degas, logró salir de la disputa no sólo victorioso, sino que además con una fama que lo puso inmediatamente entre los artistas más importantes de París.

















viernes, 21 de mayo de 2010

Vincent Van Gogh, Boulevard de Clichy





- El Maestro propuso un enigma:

¿Qué es lo que el artista y el músico tienen en común con el místico?

Todos se dieron por vencidos.

La certeza de que el lenguaje más sutil no es el que articulan los labios



Anthony de Mello (1931-1987) “ Un minuto para el absurdo”





"Yo tenía mis pies en esa parte de la vida más allá de la cual ya no se puede ir con intención de volver"

Dante Alighieri, La vida nueva XIV 



jueves, 20 de mayo de 2010

"¡Todo lo relaciona con el sexo!"


Sarah Lucas






Sigmund Freud

Pájaro con las plumas en la boca

Ya no se puede más con el psiquiatra:

Todo lo relaciona con el sexo.



En las obras de Freud es donde vienen

Las afirmaciones más peregrinas.



Según este señor

Los objetos de forma triangular

-Plumas fuente, pistolas, arcabuces,

Lápices, cañerías, guaripolas-

Representan el sexo masculino;

Los objetos de forma circular

Representan el sexo femenino.



Pero el psiquiatra va más adelante:

No solamente conos y cilindros

Casi todos los cuerpos geométricos

Son para él instrumentos sexuales

A saber las Pirámides de Egipto.



Pero la cosa no termina ahí

Nuestro héroe va mucho más lejos:

Dónde nosotros vemos artefactos

Vemos, digamos, lámparas o mesas

El psiquiatra ve penes y vaginas.



Analicemos un caso concreto:

Un neurópata va por una calle

De repente da vuelta la cabeza

Porque algo le llama la atención



-Un abedul, un pantalón a rayas

Un objeto que pasa por el aire-

En la nomenclatura del psiquiatra

Eso quiere decir

Que la vida sexual de su cliente

Anda como las reverendas huifas.



Vemos un automóvil

Un automóvil es un símbolo fálico

Vemos un edificio en construcción

Un edificio es un símbolo fálico

Nos invitan a andar en bicicleta

La bicicleta es un símbolo fálico

Vamos a rematar al cementerio

El cementerio es un símbolo fálico

Vemos un mausoleo

Un mausoleo es un símbolo fálico



Vemos un dios clavado en una cruz

Un crucifijo es un símbolo fálico

Nos compramos un mapa de Argentina

Para estudiar el problema de límites

Toda Argentina es un símbolo fálico

Nos invitan a China Popular

Mao Tse-Tung es un símbolo fálico.

Para normalizar la situación

Hay que dormir una noche en Moscú

El pasaporte es un símbolo fálico

La Plaza Roja es un símbolo fálico.



El avión echa fuego por la boca.



Nos comemos un pan con mantequilla

La mantequilla es un símbolo fálico.

Descansamos un rato en un jardín

La mariposa es un símbolo fálico

El telescopio es un símbolo fálico

La mamadera es un símbolo fálico.



En capítulo aparte

Vienen las alusiones a la vulva.

Vamos a silenciarlas por decoro

Cuando no lo comparan con un búho

Que representa la sabiduría

La comparan con sapos o con ranas.



En el aeropuerto de Pekín

Hace un calor de los diez mil demonios

Nos esperan con flores y refrescos.

Desde que tengo uso de razón

No había visto flores tan hermosas.

Desde que el mundo es mundo

No había visto gente tan amable

Desde que los planetas son planetas

No había visto gente tan alegre.



Desde que fui lanzado

Fuera del paraíso terrenal.



Pero volvamos a nuestro poema.



Aunque parezca raro

El psiquiatra tenía la razón

En el momento de pasar un túnel

El artista comienza a delirar.

Para empezar lo llevan a una fábrica

Es ahí donde empieza la locura.



Síntoma principal:

Todo lo relaciona con el acto

Ya no distingue la luna del sol

Todo lo relaciona con el acto

Los pistones son órganos sexuales

Los cilindros son órganos sexuales

Las tornamesas órganos sexuales

Las manivelas órganos sexuales,

Los altos hornos órganos sexuales

Tuercas y pernos órganos sexuales

Locomotoras órganos sexuales

Embarcaciones órganos sexuales.



El laberinto no tiene salida.



El Occidente es una gran pirámide

Que termina y empieza en un psiquiatra:

La pirámide está por derrumbarse.





 Nicanor Parra (Santiago, Universitaria, 1969)

Boris Indrikov (1967)



Guayasamínica

Los Nabi

Paul Sérusier, "El Talismán" 1888.

"Nabi" es una palabra de origen hebreo que significa "profeta", fue adoptada por un grupo de artistas de finales del siglo XIX entre los que destacan  Pierre Bonnard y Édouard Vuillard en la tendencia decorativa y en la espiritual Paul Sérusier y Maurice Denis.

Sérusier fue el único del grupo que tuvo contacto directo con Gauguin y vuelca sus planteamientos en la obra "El Talismán" en la que pone a punto la abreviación de la forma y la audacia del color; se pasa de uno a otro sin matiz tonal. Los Nabi prepararon el terreno para el desarrollo del arte abstracto y no figurativo de principios el siglo XX.


Los Nabi entendieron el arte como la manera subjetiva de expresar las emociones. Con estos parisinos, los sentimientos se convierten casi en la base fundamental de la representación. Por tanto, para entender a los Nabis hay que tener en cuenta la importante relación que había en sus pinturas entre color y sentimiento. El color se va a convertir en un elemento de transmisión de determinadas formas de sentir.
Otro aspecto importante es que el grupo se reúne en torno a la Academia Julien (una de las más prestigiosas academias parisinas privadas del momento). Por otro lado, estaba el Café Volpini como punto de encuentro (lugar donde iban, además de pintores, literatos y artistas de todas las esferas). Este café supuso un lugar de reunión, de debate, etc. Al igual que ya pasó con los Prerrafaelitas (a finales del siglo XIX), los Nabis contaban con una revista, lo que les proporcionaba un carácter de grupo más definido.

El aglutinante del grupo será Paul Ranson, escritor y pintor que incluso pone su casa a disposición de estos artistas cuando el Café Volpini les queda pequeño. Allí organizaron tertulias y encuentros y pasó a conocerce como "El Templo". Tanto el significado de profeta como el nombre del "Templo" nos muestran que todo tiene una gran connotación religiosa, mística y espiritual.  

Tendencia Espiritual. Es más cercana a la ideas de Gauguin, más romántica. Tiene una mirada hacia la Edad Media, una vuelta al primitivismo y a la simplificación. Mezcla el simbolismo y el romanticismo en temas acerca de Bretaña, la Edad Media, temas bíblicos, etc.
Tendencia Decorativa. Es más cercana al Impresionismo y a las ideas de Degas. Tiene un interés por la estampa japonesa y el arte oriental (formas planas, composiciones descentradas, perspectivas en altura). Los temas que tratan suelen ser interiores burgueses, y sobre todo los más intimistas (cuartos de baño). Se define por las iluminaciones artificiales y enfoques cambiantes, en los que puede reconocerce una especie de horror vacui.







Félix Vallotton







Robo Museo de Arte Moderno de París

«Le Pigeon aux petit pois» Pablo Picasso

«La Pastorale»  Henri Matisse

«L'olivier près de l'Estaque», Braque

«La Femme à l’éventail» Modigliani

«Nature morte aux chandeliers» Fernand Léger 

Hoy, 20 de mayo del 2010 fueron robadas estas cinco obras del Museo de Arte Moderno de la ciudad de París. El Museo, inaugurado en 1961 en un ala del Palacio de Tokio alberga una importante colección  de las principales escuelas pictóricas del siglo XX.

Una fuente interna, citada por Le Parisien, afirma que el sistema de alarmas anti-robos hacía dos largos meses que no funcionaba, agregando: “Ese fallo de la seguridad había sido señalado por el personal en varias ocasiones. Y, teóricamente, la jerarquía del Museo debía alertar a la alcaldía de París. Alguien tendrá que explicar por qué no se hizo nada durante dos meses”.
La desaparición de las pinturas fue constatada poco antes de las 7 de la mañana, cuando comenzó a llegar el personal. Los responsables descubrieron muy pronto que una ventana y varios candados estaban rotos. Las cámaras de vigilancia grabaron la imagen de un hombre introduciéndose en el museo. Se trataría, según esas primeras versiones, de un robo tan espectacular como simple. Unas alarmas que no funcionan desde hace meses. Una ventana de fácil acceso. Y unos candados que pueden romperse con relativa facilidad. Alguien razonablemente bien informado pudo llevarse esas cinco obras maestras, u otras, con una facilidad inquietante.


El Museo ha permanecido hoy cerrado, para permitir trabajar a la policía. Según la dirección del Museo, las cinco obras robadas podrían valorarse en unos 100 millones de euros.









miércoles, 19 de mayo de 2010

Henri Matisse (1869-1954)

              




Oswaldo Guayasamín (1919-1999)

martes, 18 de mayo de 2010

Ramon Casas i Carbó

Ramon Casas i Carbó (Barcelona 5 de enero de 1866 - 29 de febrero de 1932) fue un pintor catalán célebre por sus retratos, caricaturas y pinturas de la élite social, intelectual, económica y política de Barcelona, Madrid y París. También se hizo famoso por sus pinturas sobre revueltas, como el cuadro sobre la represión de una manifestación en las calles de Barcelona. Fue diseñador gráfico y sus carteles y postales sirvieron para definir el movimiento artístico catalán conocido como modernismo.




domingo, 16 de mayo de 2010

Dante Alighieri


Dante Alighieri (Florencia, c. 1265 – Rávena, 1321) fue un poeta italiano. Su obra maestra, La Divina Comedia, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. En italiano es conocido como "el Poeta Supremo" (il Sommo Poeta) o el "Padre del idioma" italiano. Su primera biografía fue escrita por Giovanni Boccaccio (1313-1375).

Participó activamente en las luchas políticas de su tiempo, por lo cual fue desterrado de su ciudad natal. Fue un activo defensor de la unidad italiana. Escribió varios tratados en latín sobre literatura, política y filosofía. A su pluma se debe el tratado en latín De Monarchia, de 1310, que constituye una exposición detallada de sus ideas políticas, entre las cuales se encuentran la necesidad de la existencia de un Sacro Imperio Romano y la separación de la Iglesia y el Estado. Luchó contra los Gibelinos de Arezzo. La fecha exacta del nacimiento de Dante es desconocida, aunque generalmente se cree que está alrededor de 1265. Esto puede deducirse de las alusiones autobiográficas reflejadas en La Vita Nuova.

La Vita Nuova (Vida nueva) es la primera obra conocida de Dante Alighieri, escrita entre 1292 y 1293, poco después de la muerte de su amada Beatriz.
El tema de la obra es el amor platónico de Dante por Beatriz. La palabra "beatriz" (latín beatrix) significa "beatificadora" o "dadora de bienaventuranza". Unas veces se escribe en la obra con mayúsculas y otra con minúsculas. Es significativo que al comienzo de la obra, hablando de Beatriz, se dice que "la quale fu chiamata da molti Beatrice lí quali non sapevano che sì chiamare" ("la cual fue llamada Beatriz por muchos que no sabían que así se llamaba"). El primero identificar a Beatriz con una mujer real, Beatrice Portinari, fue Boccaccio, en su Trattatello in laude di Dante.

La exaltación de la mujer que ofrece Dante en esta obra va más allá de lo característico del amor cortés: Beatriz está por encima de las pasiones humanas, y pertenece a la esfera de lo celeste ("donna angelicata", o "mujer angelical"). Esta concepción de la mujer ya estaba presente en la obra de otro destacao stilnovista, Guido Guinicelli, cuya influencia en esta obra de Dante es muy grande.
Dante encuentra por primera vez a Beatriz a los nueve años y se enamora de ella en el acto. Vuelve a encontrarla nueve años después, a los dieciocho de edad, y le compone un soneto. Desde ese momento, siente por Beatriz un amor platónico, y su mayor felicidad es ser saludado por ella. Sin embargo, oculta cuidadosamente el amor que tiene por Beatriz cortejando abiertamente a otra dama. Llegado esto a oídos de Beatriz, ella le niega el saludo. Se le aparece el Amor, y en su discurso, que el poeta no comprende, se profetiza la muerte de Beatriz. Dante toma como objetivo de su vida expresar a través de la poesía su amor por Beatriz. Muere el padre de Beatriz y, poco después, Dante cae gravemente enfermo. Durante su enfermedad tiene una pesadilla que es un presagio de la muerte de Beatriz.






Esquilo

Esquilo (525 a.C. - 456 a.C.)  Creador de la tragedia griega.
Entre sus obras destacan la "Orestíada", "Las suplicantes", "Prometeo encadenado" y "Los 7 contra Tebas".

Poco antes de su muerte, el oráculo le vaticinó que moriría aplastado por una casa, por lo que decidió residir fuera de la ciudad. Cuenta la leyenda que falleció al ser golpeado por el caparazón de una tortuga, que fue soltado por un quebrantahuesos desde el aire.






La Revolución Bolchevique

La Revolución de Octubre, también conocida como Revolución bolchevique, fue la segunda fase de la Revolución rusa de 1917, tras la Revolución de febrero.

La Revolución de Octubre fue liderada por los bolcheviques (grupo político radicalizado dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia) bajo la dirección de Vladimir Lenin y significó la primera revolución comunista declarada del siglo XX. Las actividades revolucionarias en Petrogrado, que acabaron siendo decisivas, estuvieron comandadas por el Comité Militar Revolucionario. Este comité era formalmente una organización del sóviet de la capital, cuyo presidente era León Trotsky, pero virtualmente estaba controlado por los bolcheviques.


Con el tiempo, la Revolución de Octubre fue vista como uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX, el primero de una serie que plantaría la semilla del épico enfrentamiento entre la Unión Soviética junto a sus aliados socialistas y los estados capitalistas occidentales, incluyendo los Estados Unidos, conocido como Guerra Fría.


La Gran Revolución Socialista de Octubre fue el nombre oficial de la Revolución de Octubre en la Unión Soviética desde la celebración del 10° aniversario de la Revolución en 1927. Hoy en día el Partido Comunista de la Federación Rusa utiliza comúnmente este nombre. La expresión Octubre Rojo también ha sido atribuida a los acontecimientos de dicho mes; este nombre fue adoptado a su vez por una fábrica de tractores que se haría famosa durante la Batalla de Stalingrado y un submarino ruso ficticio, del conocido film norteamericano.






sábado, 15 de mayo de 2010

Leon Trotsky (1879-1940)


Nació en Yanovka, Ucrania el 7 de noviembre de 1879 y murió asesinado en Coyoacán, Ciudad de México, el 21 de agosto de 1940.
Fue un político y teórico revolucionario soviético, lider de la Revolución bolchevique en Rusia en 1917, que dio origen al primer estado obrero del mundo. Negoció la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial mediante la Paz de Brest-Litovsk. Tuvo a su cargo la creación del ejército rojo que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios venciendo a catorce ejércitos extranjeros y a los ejércitos blancos contrarrevolucionarios durante la guerra civil rusa; fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja.[1] Posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente a José Stalin, liderando la oposición de izquierda, lo que le causó el exilio y posterior asesinato a manos de la OGPU (Directorio Político del Estado, policía secreta de la RSFSR (República Socialista Federativa Soviética de Rusia) y de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) hasta 1934.

Miembro principal del Politburó después de Lenin, apoyaría a éste en sus principales innovaciones hasta que una apoplejía obligó a Lenin a apartarse de la política. En oposición a Trotsky, se unieron Grigori Zinóviev, Lev Kámenev y Stalin. Este agrupamiento, una vez que logró apoderarse de la dirección del Partido, acusó a Trotsky de cometer serias violaciones a la disciplina del partido, con el objetivo de debilitar sus organizaciones. En consecuencia Trotsky es primero destituido como comisario de guerra, luego apartado de la dirección del partido y posteriormente expulsado del mismo. Más tarde sería deportado a Kazajistán (Asia Central) y finalmente expulsado de la URSS en 1929.

Trotsky empezaría un auténtico peregrinaje por diferentes países desde los cuales pudiera expresar públicamente sus críticas al estalinismo.
Finalmnete, llega a México, tras una serie de gestiones realizadas principalmente por el pintor mexicano Diego Rivera ante el presidente Lázaro Cárdenas quien en 1937 le concede el asilo político.
A su llegada el 9 de enero de 1937, Kahlo y Rivera le abrieron las puertas de su famosa "Casa Azul" a Trotsky y su esposa Natalia. Durante este período surgió el famoso romance entre Kahlo y Trotsky el cual ha quedado ampliamente documentado tanto en la obra de ésta como en fragmentos de cartas y diarios de ambos.
En 1939, Trotsky, cambió su residencia a la Calle de Viena también en Coyoacán, donde vivió hasta el día de su muerte. En esa casa, Trotsky sufrió dos atentados, el primero de ellos ocurrido en mayo de 1940. Durante la madrugada del día del atentado, un comando de 20 hombres armados comandados por el pintor David Alfaro Siqueiros, logró penetrar a la casa con la complicidad de Robert Sheldon Hart, un guardaespaldas de Trotsky que era un doble agente. Los intrusos dispararon cerca de 400 tiros con armas de grueso calibre. El propio Siqueiros disparó contra el lecho donde dormían Trotsky y su esposa Natalia Sedova, sin lograr asesinarlos, pues lograron pertrecharse junto a una pared, al lado de su cama. Los guardias de Trotsky repelieron a los intrusos y estos tuvieron que huir sin lograr su cometido. Unos meses más tarde, el 20 de agosto de 1940, Trotsky sufrió un segundo atentado en esa misma casa, que le costaría la vida.

















sábado, 1 de mayo de 2010

Vik Muniz

Vik Muniz es un artista plástico brasileño (1961)
En sus obras tituladas Pictures of chocolates (1997) podemos reonocer iconos como Jackson Pollock, "La Lectora" de Fragonard o "La última cena", que nos hablan de la permeabilidad de significados en el mundo de las imagenes, donde las cosas no siemrpe son lo que parecen.
The sugar children: retratos de niños de la calle cuyos padres trabajan en las plantaciones de caña.